Time, I do not understand
these forms you’ve recently chosen—
a white van swerving into crowds
on the promenade, the sounds of gunfire
some mistook for Bastille Day
fireworks. I used to know the aftermath
of your ordinary passing: dark shadows of wings
dragging across the fields, then the brief
struggle of a vole torn away from its burrow.
Or the signature you’d leave on crops— one
half of the fruit unblemished, the other
pulped to a bloody ruin. You slink
through airports and train stations,
a black dog indifferent to turnstiles.
No almanac or guidebook in the corner
newsstands can predict the tremors
of your next ambition. Afterwards,
always, the rain falls and falls.
Or the sun beats down without mercy
as we walk, counting the rows of the dead.
In response to Via Negativa: Black Dog.
Well said, Luisa.
Momento, secuelas
O Tiempo, me confunden estas formas
las que hoy en día eliges —
la camioneta blanca que se mete en la multitud
del paseo, disparos los que sentían
algunos que fuesen fuegos artificiales por el día
de la Bastilla. Las secuelas suelo conocer
de tu paso diario: sombra oscura de alas
arrastrandose sobre los campos, lucha breve
del ratón lo que se rompe de la madriguera.
La firma que grabas en las cosechas — la fruta
a medio sin mancha, y a medio
arruinada, pulpa cruenta. Subrepticiamente
por los aeropuertos y las estaciones de tren te marchas,
perro negro lo que no importan los tornos.
En el quiosco de periódicos no hay guía,
No hay almanaque que los temblores prediga
de tu ambición próxima. Y después,
como siempre, cae la lluvia.
O nos golpee sin piedad el sol,
mientras pasamos: recontamos las filas de los muertos.